Jefes que marcan huella: ¿eres un líder recordado u olvidable?
8 abril 2025
En el ámbito laboral, la relación entre un empleado y su jefe puede definir no solo la experiencia en el trabajo, sino también el crecimiento profesional y personal.
En el ámbito laboral, la relación entre un empleado y su jefe puede definir no solo la experiencia en el trabajo, sino también el crecimiento profesional y personal. De acuerdo a Jordi Alemany, existen tres tipos de jefes que pueden marcar la trayectoria de un individuo. Esta clasificación resulta muy reveladora y nos invita a reflexionar sobre el impacto que tienen los líderes en nuestro entorno laboral.
- El jefe que ni recuerdas
Este tipo de jefe es el que pasa desapercibido. Su presencia en la oficina es casi invisible, y sus interacciones con el equipo son mínimas o superficiales. No deja huellas significativas, ni positivas ni negativas. En consecuencia, su legado es escaso; nadie recuerda lecciones aprendidas o inspiraciones recibidas bajo su liderazgo.
El resultado de tener un jefe así es una cultura laboral donde la iniciativa y la creatividad se ven restringidas. Las personas tienden a “sobrevivir” en lugar de prosperar, pues la falta de guía o motivación puede llevar a la apatía. En este contexto, se hace evidente que un líder debe esforzarse por ser más que un simple administrador; debe ser un mentor que inspire a su equipo.
- El jefe que preferirías olvidar
En el extremo opuesto, encontramos al jefe que crea un ambiente tóxico. Este tipo de líder fomenta el miedo, la desconfianza y el estrés. Perfectamente identificable por sus comportamientos poco constructivos, su impacto es doloroso a largo plazo. En su gestión, se aprende más sobre cómo no liderar que sobre cómo hacerlo. La memoria de estos jefes suele estar ligada a momentos difíciles y a experiencias dolorosas. No es sorprendente que muchos trabajadores deseen olvidarlos.
Este tipo de liderazgo es perjudicial para la salud mental de los empleados y para la calidad del trabajo que producen. La idea de que un jefe debe cumplir un rol de autoridad y control amenaza la creatividad y la innovación. En una organización donde reina el miedo, los errores no se ven como oportunidades para aprender, sino como pretextos para castigos. Un jefe que fomenta este ambiente no solo obstaculiza el crecimiento individual, sino también el del equipo y la organización entera.
- El jefe que nunca olvidas
Finalmente, llegamos al líder que realmente marca la diferencia. Este es el jefe que crea un ambiente en el que los empleados se sienten valorados y apoyados. En lugar de impartir órdenes desde una posición de autoridad, este tipo de jefe es un mentor que ayuda a sus colaboradores a crecer. No temen poner a su equipo en situaciones desafiantes, porque confían en su capacidad para superar obstáculos. Este tipo de liderazgo no es fácil ni rápido, pero su impacto es profundo y duradero.
Las frases motivadoras de aquellos grandes líderes, como «si te caes, yo estoy aquí», se convierten en mantras que acompañan a los empleados a lo largo de su carrera. Este tipo de jefe no solo fomenta el crecimiento profesional, sino que también impacta en el desarrollo personal de su equipo. Se convierten en trampolines, empujando a sus empleados a alcanzar nuevos niveles y ayudarles a realizar su potencial.
La importancia del liderazgo humano
Como señala Alemany, los grandes líderes buscan ser recordados por su capacidad de influir positivamente en los demás. A través de su programa Human Leadership en Humanizers Academy, se busca transformar a esos jefes que podrían ser olvidables o incluso rechazables, en referentes de confianza y empatía.
Este enfoque se centra en varios principios fundamentales:
Confianza: Para liderar efectivamente, un jefe debe construir una relación de confianza con su equipo. La confianza es el fundamento que permite a los empleados sentirse seguros y dispuestos a tomar riesgos creativos.
Crecimiento: Un líder efectivo no solo se preocupa por el desempeño del equipo, sino que también se interesa por el desarrollo personal y profesional de cada miembro. Fomentar la educación continua y la capacitación ayuda a empoderar a los empleados.
Influencia Positiva: Ser un líder eficaz implica ser una influencia positiva en la vida de los demás. Los líderes que cuidan el bienestar de sus empleados y que promueven un ambiente positivo ayudan a forjar un equipo más cohesionado y comprometido.
El estilo de liderazgo que elijamos adoptar puede tener un efecto transformador en nuestro entorno laboral. Jordi Alemany nos recuerda la importancia de ser el tipo de líder que todos recordarán y valorarán, no por su autoridad, sino por su capacidad de ayudar a otros a crecer. En un mundo profesional que a menudo prioriza la productividad y la eficiencia por encima del bienestar del empleado, es esencial que los líderes evalúen no solo qué logran, sino cómo lo logran.
Las relaciones que se construyen entre un líder y su equipo no son sencillas; requieren un esfuerzo consciente y constante. Ser un buen líder implica estar presente, escuchar, darle valor al crecimiento personal y profesional de los demás y ser un apoyo en los momentos difíciles. La clave está en reconocer que el verdadero liderazgo se trata de servir y empoderar a otros, creando un legado positivo que perdure mucho después de que se haya dejado una posición de autoridad.
La próxima vez que pienses en tu jefe, considera cuál de estos tres tipos encaja con tu experiencia. ¿Qué aprendizajes puedes extraer de esa relación? Y como líderes o futuros líderes, pregúntate: ¿qué tipo de impacto quiero tener en los demás?
Fuente: América Retail