La crisis económica global de la pandemia COVID-19 epicentro de la debacle del mercado financiero.

HLB Venezuela

Image


El COVID-19 y la situación de la economía es como si fuera una guerra, se desplaza en forma inmediata al mercado para asumir un papel central, no solo en la batalla sanitaria contra el virus, sino en atender los riesgos económicos y la convivencia social. En ese marco global, la crisis se está desplegando en América Latina a través de cinco canales de transmisión:

  • La disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales.
  • La caída de los precios de las materias primas de exportación.
  • La interrupción de las cadenas globales de valor.
  • La menor demanda de servicios de turismo.
  • La mayor aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales.

La integración sería, en las actuales circunstancias críticas, un activo crucial para enfrentar la crisis, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas afirmó que la región no tiene otra opción estratégica que avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible a través de una mayor integración para mitigar los efectos de la pandemia del COVID-19 en la región. Antes del COVID-19, la CEPAL preveía que la región crecería un máximo del 1,3% en 2020.

Sin embargo, los efectos de la crisisderivaron en el cambio de esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos -1,8%, aunque no descartan que se llegue a contracciones de entre -3% y -4%, o incluso más. El impacto económico final dependerá de las medidas que se tomen a nivel nacional, regional y global, indica el organismo.
Los pronósticos para el empleo en América Latina no eran buenos y tras la llegada de la pandemia COVID-19 son peores.
Vinícius Pinheiro, Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, estima que la desaceleración económica global junto a la expectativa de propagación de la pandemia provocará un aumento del desempleo, en particular entre los más vulnerables, mayor precariedad, disminución del ingreso y una gran presión sobre los sistemas de protección social. Hasta 25 millones de personas podrían incorporarse a las filas del desempleo a nivel mundial como causa de la pandemia, según nuevas estimaciones de la OIT, y una gran parte de ellos serán hombres y mujeres de Latinoamérica.