La mentalidad ágil en la gestión del recurso humano permite a las organizaciones responder de manera más efectiva

23 mayo 2024

Tras dos décadas, el concepto de agile mindset no pierde vigencia, más bien ha evolucionado con las organizaciones para mejorar la experiencia hacia el talento y el cliente.

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Bien dicen por ahí que innovar es recurrir a la creatividad para modificar algo ya existente y mejorarlo, y no necesariamente empezar desde cero. Esta premisa explicaría por qué seguir hablando del concepto de ‘agile mindset’ como si se tratara de una metodología recién descubierta.

El agile mindset o mentalidad ágil ha evolucionado al ritmo de las organizaciones y cada tanto vuelve a estar de moda, como una alternativa fresca para la gestión de los negocios. No obstante, más que una tendencia pasajera, pensar de manera ágil acarrea ventajas para la empresa y sus múltiples grupos de interés (clientes y empleados, principalmente).

Nelson Montoya, country manager de Gi Group Colombia, plantea que este concepto nació con las metodologías ágiles hace más de 20 años, con un enfoque de agregar valor hacia los clientes de forma rápida. Aunque al principio, añaden, se implementaba en la industria del software, se ha extendido a otros sectores con éxito.

Camilo Arellano, Sales Manager de Page Consulting, línea ITaaS de PageGroup, acota que la vigencia del agile mindset está estrechamente relacionada a los tiempos modernos, que demandan soluciones que se enraícen en lo profundo y generen el cambio de chip necesario para los desafíos de hoy.

“Nunca había sido más importante y relevante adoptar un mindset ágil como lo es ahora. Estamos viviendo un cambio acelerado en un entorno frágil, ansioso, no lineal e incomprensible, o BANI por sus siglas en inglés”, agrega.

A lo anterior hay que sumarle que la globalización y el boom tecnológico han favorecido el surgimiento de un mercado más competitivo y con fronteras más difusas.

¿QUÉ ES SER ÁGIL?

Cuando se habla de ser más ágiles en el ámbito empresarial no se hace alusión a un listado de tácticas para aumentar la velocidad en la que se consiguen los buenos resultados. En lugar de eso, consiste en el desarrollo de una mentalidad decidida, propositiva y rápida, que se activa en cada proyecto que se emprenda.

“Partamos por definir que es un mindset, que al final termina siendo conjunto de creencias y formas de pensar que una persona adopta frente a diversas situaciones de la vida personal y profesional. Es entonces una visión integral que va mucho más allá de una serie de prácticas o rituales”, propone Lina Sintes, Partner & Managing Director de Cornerstone Colombia.

Las teorías del agilismo, señala la ejecutiva, hablan de cuatro valores centrales y doce principios: se alinean en que el humano y las interacciones centran la atención por encima de los procesos; priorizar los avances por sobre la documentación exhaustiva; colaborar con los clientes más que atenerse a los contratos y atender rápidamente al cambio antes de limitarse por seguir un plan.

“Para adaptarse a los cambios y lograr consistentemente resultados positivos en el trabajo, es esencial basar los procesos en la interacción, la satisfacción del cliente, respuestas rápidas, el mantenimiento de un buen ambiente de trabajo y la autonomía del equipo. Es fundamental comprender que una mentalidad ágil es imposible sin ninguno de estos elementos”, resume Andrew Cetinic, CEO de PeopleForce.

Esto al final conlleva un mayor rendimiento del equipo, proyectando su máximo potencial, pero con menores desgastes para los colaboradores, sostiene Estheban Acevedo, Director de Staffing de Adecco Colombia.

HACIA EL TALENTO HUMANO

“La mentalidad ágil es mucho más que protocolos, es una forma de pensar y por ende debe hacer parte de la cultura organizacional”.

Lina Sintes, Partner & Managing Director de Cornerstone Colombia.

Uno de los valores a los que apunta la mentalidad ágil es a un enfoque centrado en lo humano, y esto no se refiere únicamente al trato hacia el cliente, sino también a la experiencia del empleado.

Arellano, de PageGroup, precisa que parte de ese pensamiento ágil requiere deshacerse de hábitos tradicionales de trabajo para abrazar la flexibilidad, una característica que permite la adaptación a entornos cambiantes.

Hacerlo implica capacitar al personal para que fluya con esa agilidad. En ese sentido, hay que partir de un diagnóstico de los conocimientos de los empleados sobre esta metodología e identificar dónde hay que reforzar las habilidades.

“Es vital realizar un seguimiento continuo y un re-entrenamiento en habilidades blandas para asegurar que este mindset ágil perdure en el tiempo”, añade el experto.

Así coincide Acevedo, de Adecco, quien además pone de manifiesto el rol de los líderes como un puente para promover el uso de las herramientas de estas metodologías en sus equipos de trabajo.

El equipo de PeopleForce comenta que adherirse a la metodología ágil ha contribuido a mantener arriba la motivación del equipo. En su caso, basados en esta metodología, han definido un sistema de objetivos, en los que estos se fragmentan en pequeñas metas más fáciles de cuantificar y seguir. A través de la plataforma de recursos humanos pueden ver el avance en cada tarea y su aporte al objetivo general.

“Esto motiva a los empleados a alcanzar sus objetivos más rápido, ver resultados rápidos, reforzar el liderazgo de las tareas y demostrar un trabajo en equipo cohesivo”, agrega el CEO de la plataforma.

Los equipos ágiles presentan un alto sentido de pertenencia, más comunicado, con una orientación al éxito y menor resistencia al cambio. A la larga, esto se traduce en colaboradores más felices, mayor productividad y disminución en los niveles de rotación.

“Un equipo de trabajo con mentalidad ágil sin duda va generar impacto positivo transversal a toda la organización. Es un equipo dónde el propósito es claro, la comunicación fluida y flexible y sus integrantes están enfocados en la generación de valor”, reafirma Montoya desde Gi Group Colombia.

HACIA EL CLIENTE

La teoría dice que la experiencia del empleado influye directamente en la experiencia del cliente. Y no está errada. Tener un personal altamente capacitado, con habilidades blandas y competencias técnicas, que además está en un entorno que promueve el bienestar y la productividad, pueden articular productos y servicios con un valor agregado para el cliente.

De acuerdo con Arellano, los colaboradores que aplican la mentalidad ágil tienen la flexibilidad para moverse entre los contextos económicos, políticos, legales, ambientales, sociales y tecnológicos para entender el origen de las necesidades de su cliente y adaptar su modelo de servicio hacia ello, en menor tiempo y con mayor cercanía.

El secreto para que lo ágil no sea demasiado fugaz e improvisado está en la buena comunicación en el interior de los equipos y entre áreas, teniendo en cuenta que el agile mindset es un enfoque que permite dar respuestas rápidas y precisas a necesidades, pero no debe ser el lente con que se mire la visión a largo plazo.

Fuente: Forbes

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